Cuando Sylvester Stallone nació, el mal uso de los fórceps resultó en daño a los nervios que causó parálisis en partes de la cara de Stallone, afectando su labio, lengua y barbilla. Este incidente le dio su mirada de gruñido y su habla ligeramente arrastrada. En lugar de obstaculizarlo, estas características han definido su exitosísima carrera en Hollywood.
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